La terapia nutricional se ha vuelto muy popular en los últimos años como una forma efectiva de prevenir y tratar diferentes condiciones de salud. Pero, ¿en qué consiste exactamente?
Se puede definir como el uso terapéutico de la comida y la dieta para mantener la salud y tratar enfermedades. El objetivo es proveer los nutrientes específicos que necesita cada persona para restablecer el funcionamiento óptimo del cuerpo y la mente.
Beneficios de la terapia nutricional
Son muchos los beneficios potenciales de implementar una terapia nutricional supervisada por un profesional de la salud:
– Mejora síntomas gastrointestinales como la acidez, estreñimiento, diarrea, gases e hinchazón.
– Incrementa la energía y reducir la fatiga crónica
– Fortalece el sistema inmune
– Favorece la pérdida o manejo del peso corporal
– Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares al mejorar factores como colesterol alto, hipertensión y triglicéridos
– Contrarresta inflamación crónica
– Estimula la regeneración celular
– Optimiza la función cerebral: concentración, enfoque, memoria
– Mejora condiciones de la piel como acné, eczemas y psoriasis
– Reduce el impacto de padecimientos como artritis reumatoide, fibromialgia y síndromes de dolor crónico
– Ayuda a controlar el avance de enfermedades como diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunes
En resumen, personalizar la alimentación considerando características únicas del individuo puede marcar una gran diferencia en la prevención y manejo de numerosas condiciones agudas o crónicas.
Formas de hacer terapia nutricional
Existen diferentes formas de llevar a cabo una intervención nutricional terapéutica:
• Dieta de eliminación: implica retirar ciertos grupos de alimentos sospechosos de causar síntomas adversos por 2 a 3 semanas para luego reintroducirlos de uno en uno.
• Dieta antiinflamatoria: se enfoca en alimentos y nutrientes con propiedades antiinflamatorias como pescados grasosos, frutas rojas, verduras de hoja verde, nueces, semillas de lino, curcumina y gengibre.
• Alimentación cetogénica: es muy baja en carbohidratos, moderada en proteínas y alta en grasas saludables. Ha mostrado beneficios en casos de diabetes, epilepsia, Alzheimer, Parkinson, autismo, trastornos cerebrales, entre otros.
• Dieta pobre en FODMAP: restringe carbohidratos de cadena corta (FODMAP) que son de difícil absorción intestinal lo cual está implicado en síntomas digestivos de diarrea, estreñimiento, gases e hinchazón abdominal.
• Dieta de sensibilidad al gluten: elimina el gluten cereal para personas con sensibilidad o alergia diagnosticada al gluten lo cual puede contribuir a mejorar considerablemente múltiples síntomas digestivos, articulares, neurológicos y de otro tipo también.
• Dieta para sanar el intestino o “gut healing”: comprende alimentos ricos en nutrientes que favorecen la integridad de la mucosa intestinal, calmando la inflamación crónica y restableciendo la diversidad de la microbiota intestinal.
Las mejores prácticas en terapia nutricional
Para obtener los máximos beneficios, es importante implementar las siguientes prácticas:
• Evaluación inicial completa con un profesional de la salud especializado en nutrición clínica que incluya evaluación antropométrica, análisis de composición corporal, evaluación clínica médica y nutrimental.
• Establecimiento de metas y objetivos terapéuticos bien definidos y realistas.
• Educación nutricional para promover la autogestión del paciente.
• Personalización de la intervención con base en información detallada sobre estado de salud actual, historial médico nutricional, medicamentos y suplementos utilizados, hábitos de vida, preferencias alimentarias y disponibilidad de alimentos.
• Monitoreo y ajustes periódicos para evaluar progreso y resultados, afinar la intervención y mantener adhesión.
• Coordinación interdisciplinaria con médico tratante y otros especialistas involucrados en el manejo clínico del paciente.
• Acompañamiento y apoyo emocional durante el proceso de cambio.
Siguiendo estas recomendaciones bajo supervisión profesional, la terapia nutricional ofrece la oportunidad de recuperar el balance, vitalidad y bienestar, así como de extender y mejorar enormemente la calidad de vida de una manera natural, segura y efectiva.
Recomendaciones prácticas en terapia nutricional
Implementar una intervención nutricional terapéutica exitosa requiere considerar recomendaciones prácticas que lo faciliten:
• Enfocarse en alimentos de calidad, naturales y mínimamente procesados, idealmente orgánicos cuando sea posible. Esto asegura una mayor densidad nutricional.
• Incluir suficientes frutas y verduras de variedades diversas para un amplio perfil de nutrientes antioxidantes, antiinflamatorios y alcalinizantes.
• Consumir cantidades adecuadas de proteínas provenientes de fuentes magras ylimpias como pescados, claras de huevo, legumbres y proteínas vegetales de alta calidad.
• Incorporar grasas saludables como aguacate, aceite de oliva extra virgen, nueces, semillas y aceites prensados en frío de canola o girasol alto oleico. Estas aportan ácidos grasos esenciales y compuestos bioactivos protectores.
• Manténgase hidratado bebiendo suficiente agua purificada o filtrada, infusiones y caldos de huesos.
Consideraciones importantes
Es importante también tener presentes ciertas consideraciones al implementar una terapia nutricional:
• Realizar cambios graduales para facilitar adaptación y adherencia a largo plazo.
• Cubrir primero necesidades nutrimentales básicas antes de restrictividades adicionales.
• Considerar factores personales fisiológicos, psicológicos, sociales, culturales y pragmáticos.
• Prever y manejar potenciales efectos secundarios, carencias o desequilibrios nutricionales.
• No demonizar alimentos ni generar sensación de privación o castigo con las restricciones.
• Mantener expectativas realistas de velocidad de respuesta y magnitud de cambios.
• Entender que el cambio es un proceso con altibajos que requiere paciencia y compasión.
Con una perspectiva holística e integral como ésta, la terapia nutricional brinda una poderosa oportunidad de transformar vidas, recobrar el bienestar y sanar de forma natural aprovechando el increíble poder medicinal de los alimentos.
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